El tomate es un fruto originario de América Latina. Formado por el 90% de agua, esconde en su interior también más fibra que otras verduras, buenas cantidades de vitaminas y de sales minerales, como hierro, calcio, potasio y magnesio, esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
El verano es la temporada en la que los tomates expresan al máximo los beneficios para la salud.
Las propiedades de los tomates:
• Son refrescantes. Ricos en agua, son bajos en caloría pero sacian, gracias a las fibras solubles que estimulan los receptores de la saciedad.
• Favorecen el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Mérito de la vitamina C, contenida en ellos.
• Protegen el corazón. Los tomates son ricos en licopeno, un antioxidante y en potasio que sostiene la actividad cardiaca y, según algunos científicos escoceses, la gelatina de color amarillo que rodea a las semillas es capaz de contrarrestar la coagulación de la sangre, lo que ayuda a prevenir infartos e ictus.
• Protege la piel. El licopeno protege también la piel de los daños provocados por la exposición solar. Los tomates previenen el envejecimiento de la piel y, según algunos estudios, sería más eficaz que las zanahorias (bronceador natural por excelencia) favoreciendo un bronceado gradual y uniforme.
• Contrarrestan el acumulo de colesterol en sangre. También en este caso el merito es del licopeno.
• Protegen los huesos. El licopeno también es contrario a la osteoporosis.
• Útil contra las infecciones intestinales. El tomate contiene un antibiótico natural llamado tomatina, capaz de contrarrestar las infecciones de estomago e intestino que son más frecuentes en verano, debido a los cambios en la dieta, cambios de temperatura, bebidas frías y el calor que estimula la proliferación de gérmenes en los alimentos.
• Protege contra el cáncer. El licopeno contrarresta especialmente el cáncer de prostata y de colón.
• No hay que olvidar que el tomate tiene también propiedades astringentes, diuréticas, laxantes y refrescantes.
Fuente: http://www.deabyday.tv