1. La Avena es el primer alimento que poner en el carro. Contiene beta-glucanos, fibras especiales que ayudan a reducir la presencia de colesterol malo (lipoproteínas de baja densidad o LDL) en la sangre, protegiendo las arterias de la acumulación de grasa. La cantidad necesaria estaría en alrededor de 3 g de avena al día, lo suficiente para reducir el colesterol total del 5-10%. Se puede consumir junto con un yogur.
2. Las almendras mantienen a raya los niveles de azúcar en sangre, ayudando al organismo a prevenir la aparición de diabetes, favoreciendo la reducción del colesterol malo y aumentando los niveles del colesterol bueno. 60 g de almendras al día durante 4 semanas, -más o menos un puñado de almendras- sería la cantidad apropiada para ayudar al corazón y a las arterias. Lo mejor, por supuesto, es consumirlas al natural, aunque también se pueden consumir saladas o azucaradas.
3. Salmón, caballa, atún, sardina y arenque: también conocido como “el pescado graso”, estas variedades de pescado son ricos en ácidos grasos omega 3 y ayuda a las arterias a mantenerse en forma, así como favorecen el correcto mantenimiento de los parámetros de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial. Desde el momento que los omega 3 se degradan a altas temperaturas, es mejor consumirlos cocinados al vapor o a fuego lento en lugar de fritos o a la plancha. Para un óptimo resultado, estos tipos de pescado deben ser incluidos en la dieta 4 veces a la semana.
4. Las isoflavonas presentes en la soja reducen el colesterol, mejorando la densidad ósea en mujeres post-menopáusicas y mejoran la fertilidad masculina. El consumo 2-3 veces a la semana es suficiente para garantizar los efectos. Una recomendación: debido a que la soja puede afectar los niveles de ciertas hormonas, no se recomienda el consumo excesivo en mujeres pre-menopáusicas sin el consejo de su médico.
5. El secreto de los beneficios que el tomate aporta, se encuentra en el licopeno, un importante antioxidante, gracias al cual el organismo está protegido ante la formación y difusión de las células cancerosas y de la aterosclerosis, mejorando también la salud del corazón. El licopeno se absorbe fácilmente cuando el tomate está cocinado: vía libre entonces a la salsa de tomate para condimentar la pasta, y también al zumo de tomate.
6. La leche entera contrarresta la reducción de la masa muscular asociada al envejecimiento, y por tanto es una gran ayuda sobre todo a partir de los 50 años. Puede ser consumida sola, en forma de batido, añadida al té o al café, o con cereales.
7. El pollo es una fuente muy importante de proteínas: sobre todo sin piel, ayuda a mantener un eficaz control del peso y facilita la construcción de los músculos. El caldo de pollo, es un “remedio casero” para combatir los síntomas comunes del resfriado. Si se prefiere comer la parte más magra, es preferible consumir la pechuga antes que el muslo.
8. Las cerezas son ricas en antocianinas, potentes antioxidantes, y protegen de la acumulación de ácido úrico (responsable del desarrollo de la gota) y la artritis. Doce cerezas o un vaso de zumo de cereza no azucarado 3-4 veces a la semana serán suficientes para garantizar sus beneficios.
Artículo de Miriam Cresta
Fuente: http://www.salute24.ilsole24ore.com